Crónica de una muerte anunciada es una novela corta publicada en 1981, seis años después de la publicación de El otoño del patriarca (1975) y después de anunciar García Márquez su decisión de abandonar la narrativa y emprender otras actividades más comprometidas políticamente.
El relato, basado en un hecho real que tuvo lugar muchos años atrás, nos cuenta el asesinato de Santiago Nasar como sugiere el propio título del libro y se adelanta en el primer párrafo: ‘El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.’ Aquí también podemos observar el gusto por el detalle (las 5.30 de la mañana), que estará presente a lo largo de toda la narración.
Una vez creo que he leído que algunos críticos consideran Crónica de una muerte anunciada como una obra menor de García Márquez, no puedo estar más en desacuerdo. Todavía tengo en mi mente cómo lo disfruté, la primera vez que lo leí. En mi opinión, García Márquez logra captar la atención del lector a pesar de que sabemos cuál será el resultado final. Además, yo creo que la estructura de la historia es muy original y, sin lugar a dudas, es una obra maestra.
My little lord's books
lunes, 12 de junio de 2017
domingo, 11 de junio de 2017
Biografías de autores: Gabriel García Márquez
(Aracataca, Colombia, 1927 - México D.F., 2014) Novelista colombiano, premio Nobel de Literatura en 1982 y uno de los grandes maestros de la literatura universal. Gabriel García Márquez fue la figura fundamental del llamado "Boom de la literatura hispanoamericana", fenómeno editorial que, en la década de 1960, dio proyección mundial a las últimas hornadas de narradores del continente.
Los años de su primera infancia en Aracataca marcaron decisivamente su labor como escritor; la fabulosa riqueza de las tradiciones orales transmitidas por sus abuelos nutrió buena parte de su obra. Residió desde muy joven en la capital de Colombia, estudió derecho y periodismo en la Universidad Nacional e inició sus primeras colaboraciones periodísticas en el diario El Espectador.
A los veintiocho años publicó su primera novela, "La hojarasca" (1955), en la que ya apuntaba algunos de los rasgos más característicos de su obra de ficción. En este primer libro y algunas de las novelas y cuentos que le siguieron empezaron a vislumbrarse la aldea de Macondo y algunos personajes que configurarían "Cien años de soledad", al tiempo que el autor hallaba en algunos creadores estadounidenses, sobre todo en William Faulkner, nuevas fórmulas expresivas.
Comprometido con los movimientos de izquierda, Gabriel García Márquez siguió de cerca la insurrección guerrillera cubana hasta su triunfo en 1959. Amigo de Fidel Castro, participó por entonces en la fundación de Prensa Latina, la agencia de noticias de Cuba. Al cabo de no pocas vicisitudes con diversos editores, García Márquez logró que una editorial argentina le publicase la que constituye su obra maestra y una de las novelas más importantes de la literatura universal del siglo XX, "Cien años de soledad" (1967).
Tras una temporada en París, Gabriel García Márquez se instaló en Barcelona en 1969, donde entabló amistad con intelectuales españoles, como Carlos Barral, y sudamericanos, como Mario Vargas Llosa. Su estancia allí fue decisiva para la concreción de lo que se conoció como el Boom de la literatura hispanoamericana, que supuso el descubrimiento internacional de los jóvenes y no tan jóvenes narradores del continente: el peruano Mario Vargas Llosa, los argentinos Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes y el uruguayo Juan Carlos Onetti, entre otros. En 1972 obtuvo el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, y pocos años más tarde regresó a América Latina para residir alternativamente en Cartagena de Indias y en Ciudad de México, debido sobre todo a la inestabilidad política de su país.
Con anterioridad a "Cien años de soledad", García Márquez había esbozado el mundo de Macondo en novelas como "La hojarasca" (1955) y "El coronel no tiene quien le escriba" (1961), y también en colecciones de relatos como "Los funerales de la Mamá Grande" (1962). Después su narrativa, despojada en mayor o menor media de elementos fantásticos, mantuvo un altísimo nivel; es el caso de novelas como "El otoño del patriarca" (1975), que somete a alucinante tratamiento el tema del dictador hispanoamericano; "Crónica de una muerte anunciada" (1981), relato de un crimen de honor basado en sucesos reales que sobresale por su perfección constructiva y ha sido considerado su segunda obra maestra; y "El amor en los tiempos del cólera" (1985), extraordinaria historia de un amor que, nacido en la adolescencia, no llega a consumarse hasta 53 años después, ya en la vejez de los personajes.
Su prestigio literario, que en 1982 le valió el Premio Nobel de Literatura, le confirió autoridad para hacer oír su voz sobre la vida política y social colombiana. Su actividad como periodista quedó recogida en "Textos costeños" (1981) y "Entre cachacos" (1983), compendios de artículos publicados en la prensa escrita, y en "Noticia de un secuestro", amplio reportaje novelado editado en 1996 que trata de la dramática peripecia de nueve periodistas secuestrados por orden del narcotraficante Pablo Escobar. "Relato de un náufrago", reportaje sobre un caso real publicado en forma de novela en 1968, constituye un brillante ejemplo de «nuevo realismo» y puso de manifiesto su capacidad para cambiar de registro.
En el cine intervino en la redacción de numerosos guiones, a veces adaptaciones de sus propias obras, y desde 1985 compartió, con el cineasta argentino Fernando Birri, la dirección de la Escuela Internacional de Cine de La Habana. Entre su producción posterior cabe destacar una novela histórica en torno a Simón Bolívar, "El general en su laberinto" (1989); la colección de relatos "Doce cuentos peregrinos" (1992); el volumen de memorias "Vivir para contarla" (2002), que cubre los primeros treinta años de su vida, y su última novela, "Memorias de mis putas tristes" (2004), sobre el amor de un nonagenario periodista por una joven prostituta. Falleció en la ciudad de México en 2014, tras una recaída en el cáncer linfático que le había sido diagnosticado en 1999.
viernes, 26 de mayo de 2017
Biografías de autores: Aleksandr Solzhenitsyn
Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn fue un escritor e historiador ruso, Premio Nobel de Literatura en 1970. Crítico del socialismo soviético, ayudó a construir la imagen del Gulag, el sistema de campos de trabajos forzados de la Unión Soviética en el que él estuvo preso desde 1945 hasta 1956.
Gran parte de sus trabajos fueron censurados por el aparato estatal soviético, pero su obra alcanzó un volumen notable, sobre todo Archipiélago Gulag, Un día en la vida de Iván Denísovich, Agosto de 1914 y Pabellón del cáncer. Solzhenitsyn fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1970, "por la fuerza ética con la que ha continuado las tradiciones indispensables de la literatura rusa".
Fue expulsado de la Unión Soviética en 1974, pero regresó a Rusia en 1994, tras la disolución de la Unión Soviética.
Participó en la mayor batalla de tanques de la historia (Batalla de Kursk) y fue detenido en febrero de 1945 en el frente de Prusia Oriental, cerca de Kaliningrado, poco antes de que empezara la ofensiva final del Ejército soviético que acabaría en Berlín. La razón de esta detención fueron algunas cartas cruzadas con un amigo en las que se hablaba de la forma en que vivían los granjeros de Occidente, algo que el propio autor iba viendo a medida que avanzaba con las tropas soviéticas en territorio alemán.fue condenado a ocho años de trabajos forzados y a destierro perpetuo por opiniones antiestalinistas.
El tema de las penalidades sufridas por los excombatientes de la Gran Guerra Patria, acusados de haber tenido demasiado contacto con el enemigo, aparece también en otros autores soviéticos de la época, como Vasili Grossman. Este tema es recurrente en sus escritos, pues en Archipiélago Gulag se queja también de que fuesen liberados antes los soldados alemanes prisioneros que los rusos disidentes.
En 1950 fue trasladado a un campo especial en la ciudad de Ekibastuz, en Kazajistán, donde se gestó Un día en la vida de Iván Denísovich.
Solzhenitsyn murió el 3 de agosto de 2008 a consecuencia de una insuficiencia cardíaca en su residencia de Moscú, según informó su hijo a la prensa. A la capilla ardiente, instalada en la sede de la Academia de las Ciencias de Rusia, acudieron en masa los moscovitas, para rendirle un último homenaje. También el entonces presidente ruso Vladímir Putin rindió homenaje al mayor crítico del régimen comunista. La tumba del escritor se encuentra en el cementerio del monasterio Donskói de Moscú, un camposanto del siglo XVI donde recibían sepultura en el pasado miembros de la realeza. Solzhenitsyn recibiría sepultura al lado de la tumba del famoso historiador ruso Vasili Kliuchevski (1841–1911), como pidió él mismo.
jueves, 11 de mayo de 2017
Un día en la vida de Iván Denísovich by Alexandr Solzhenitsyn
El libro nos cuenta, literalmente, una jornada en un campo de trabajo soviético. El protagonista, Iván Denísovich, es un hombre maduro que encara el tramo final de su condena, después de pasar años confinado en ése y otros campos por un delito de traición que no cometió. Como es de suponer, las condiciones de vida en ese ambiente son durísimas: no sólo por la severidad del confinamiento en el campo y de la que hacen gala sus responsables, sino por lo cruel del ambiente físico. Los presos están sometidos a días de intenso trabajo sin apenas descanso, sin comodidad alguna y sin esperanza de que esas circunstancias puedan cambiar.
No obstante, el relato de Solzhenitsyn juega con el lector desde la primera página: lejos de mostrar de forma descarnada ese ambiente, de poner por escrito los padecimientos a los que se enfrentaban los condenados (que eran muchos), el autor se escabulle y decide narrar esa jornada de trabajo como si de un ameno día de trabajo común se tratase. Shújov (sobrenombre de Iván Denísovich) se levanta a las cinco de la mañana para pelear por su ración de apenas doscientos gramos de gachas; se enfunda su astrosa ropa, remendada cientos de veces, para arrostrar una temperatura de más de veinte grados bajo cero y construir un barracón; trabaja levantando una pared durante horas con sólo una pausa para rucar un trozo de pan y una sopa fría, sin la posibilidad de acercarse a una estufa; y vuelve al campo al término del día extenuado, con la esperanza de comprar un poco de tabaco con el que liar un cigarrillo del que disfrutar antes de derrumbarse en su colchón de serrín apelmazado. Todo esto, sin embargo, se muestra al lector con un candor insólito, con un estilo sencillo y llano, con el propósito de hacer de esa jornada anodina un momento único, especial y casi mágico.
La escritura de Alexandr es simple y sencilla, su estilo se subordina al mensaje que quiere transmitir. Pero lo curioso es que ese mensaje es engañosamente pacífico. Shújov afronta ese día con paciencia, incluso con esperanza; no la esperanza de escapar o de pasarlo sin trabajar, o incluso de que su condena esté cerca de su final. Su esperanza es mundana, terrenal: Iván Denísovich quiere echarse al gaznate su ración para paladear sus gachas sin contratiempos; quiere marchar hacia el trabajo sin interrupciones, para no helarse de frío; quiere levantar un muro con pericia y efectividad, para demostrarse a sí mismo que sigue siendo un buen albañil. Su esperanza es la del día a día, la del hombre que no ansía nada porque nada le queda por ansiar. En ese sentido, la novela refleja una jornada idílica, en la que tanto Shújov como sus compañeros charlan, ríen, bromean, discuten, enferman o pelean como los seres humanos que son. Sólo los sutiles detalles que Solzhenitsyn va introduciendo en el relato hacen recordar al lector que las condiciones de vida de esos hombres son las más duras a las que se puede enfrentar un ser humano.
“Un día en la vida de Iván Denísovich” es un elogio hermoso y terrible a la integridad del hombre, a la inmensa capacidad de seguir siendo humanos en las condiciones más penosas y adversas. Una lectura imprescindible para los interesados en el campo tanto histórico como humano.
No obstante, el relato de Solzhenitsyn juega con el lector desde la primera página: lejos de mostrar de forma descarnada ese ambiente, de poner por escrito los padecimientos a los que se enfrentaban los condenados (que eran muchos), el autor se escabulle y decide narrar esa jornada de trabajo como si de un ameno día de trabajo común se tratase. Shújov (sobrenombre de Iván Denísovich) se levanta a las cinco de la mañana para pelear por su ración de apenas doscientos gramos de gachas; se enfunda su astrosa ropa, remendada cientos de veces, para arrostrar una temperatura de más de veinte grados bajo cero y construir un barracón; trabaja levantando una pared durante horas con sólo una pausa para rucar un trozo de pan y una sopa fría, sin la posibilidad de acercarse a una estufa; y vuelve al campo al término del día extenuado, con la esperanza de comprar un poco de tabaco con el que liar un cigarrillo del que disfrutar antes de derrumbarse en su colchón de serrín apelmazado. Todo esto, sin embargo, se muestra al lector con un candor insólito, con un estilo sencillo y llano, con el propósito de hacer de esa jornada anodina un momento único, especial y casi mágico.
La escritura de Alexandr es simple y sencilla, su estilo se subordina al mensaje que quiere transmitir. Pero lo curioso es que ese mensaje es engañosamente pacífico. Shújov afronta ese día con paciencia, incluso con esperanza; no la esperanza de escapar o de pasarlo sin trabajar, o incluso de que su condena esté cerca de su final. Su esperanza es mundana, terrenal: Iván Denísovich quiere echarse al gaznate su ración para paladear sus gachas sin contratiempos; quiere marchar hacia el trabajo sin interrupciones, para no helarse de frío; quiere levantar un muro con pericia y efectividad, para demostrarse a sí mismo que sigue siendo un buen albañil. Su esperanza es la del día a día, la del hombre que no ansía nada porque nada le queda por ansiar. En ese sentido, la novela refleja una jornada idílica, en la que tanto Shújov como sus compañeros charlan, ríen, bromean, discuten, enferman o pelean como los seres humanos que son. Sólo los sutiles detalles que Solzhenitsyn va introduciendo en el relato hacen recordar al lector que las condiciones de vida de esos hombres son las más duras a las que se puede enfrentar un ser humano.
“Un día en la vida de Iván Denísovich” es un elogio hermoso y terrible a la integridad del hombre, a la inmensa capacidad de seguir siendo humanos en las condiciones más penosas y adversas. Una lectura imprescindible para los interesados en el campo tanto histórico como humano.
lunes, 3 de abril de 2017
Biografías de autores: Pedro Calderón de la Barca
Dramaturgo y poeta español
Nació el 17 de enero de 1600, en Madrid.
Se cuenta que parecía haber nacido muerto, por lo que le introdujeron en un caldero con agua caliente, al entrar en contacto con el agua prorrumpió en sus primeros gritos.
De familia de ascendencia hidalga acreditada, fue el tercero de los hijos de un secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda.
Cursó estudios en el Colegio Imperial de Madrid, regentado por la Compañía de Jesús y los continuó en las universidades de Alcalá y Salamanca hasta 1620.
Se vio implicado en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas.
Respecto a su vida militar, se sabe que participó en la campaña para sofocar la rebelión de Cataluña contra la Corona (1640).
En 1623 se representó su primera comedia conocida, Amor, honor y poder. La dama duende (1629). Se vio envuelto en pleitos por causa del testamento de su padre, que obligó al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagarle lo que les pedía. Entró al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625.
Escribió Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632), No hay burlas con el amor (1637), El príncipe constante (1629), El mágico prodigioso (1637), El médico de su honra (1635), El alcalde de Zalamea (1640), y su obra maestra, La vida es sueño (1636). En sus autos sacramentales destacan El gran teatro del mundo (1636). Fue herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. En 1651 se ordena sacerdote.
Tuvo un gran prestigio en la corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, además de a numerosas representaciones teatrales palaciegas. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago. Además fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey.
Pedro Calderón de la Barca falleció en Madrid el 25 de mayo de 1681.
Nació el 17 de enero de 1600, en Madrid.
Se cuenta que parecía haber nacido muerto, por lo que le introdujeron en un caldero con agua caliente, al entrar en contacto con el agua prorrumpió en sus primeros gritos.
De familia de ascendencia hidalga acreditada, fue el tercero de los hijos de un secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda.
Cursó estudios en el Colegio Imperial de Madrid, regentado por la Compañía de Jesús y los continuó en las universidades de Alcalá y Salamanca hasta 1620.
Se vio implicado en varios incidentes violentos, como una acusación de homicidio y la violación de la clausura de un convento de monjas.
Respecto a su vida militar, se sabe que participó en la campaña para sofocar la rebelión de Cataluña contra la Corona (1640).
En 1623 se representó su primera comedia conocida, Amor, honor y poder. La dama duende (1629). Se vio envuelto en pleitos por causa del testamento de su padre, que obligó al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagarle lo que les pedía. Entró al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625.
Escribió Casa con dos puertas, mala es de guardar (1632), No hay burlas con el amor (1637), El príncipe constante (1629), El mágico prodigioso (1637), El médico de su honra (1635), El alcalde de Zalamea (1640), y su obra maestra, La vida es sueño (1636). En sus autos sacramentales destacan El gran teatro del mundo (1636). Fue herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. En 1651 se ordena sacerdote.
Tuvo un gran prestigio en la corte de Felipe IV y su nombre va asociado a la inauguración del palacio del Buen Retiro de Madrid, en 1635, además de a numerosas representaciones teatrales palaciegas. El rey le honró otorgándole el hábito de Santiago. Además fue capellán de la catedral de Toledo y capellán del rey.
Pedro Calderón de la Barca falleció en Madrid el 25 de mayo de 1681.
La vida es sueño by Calderón de la Barca
La repetida fábula de un joven príncipe deportado por el padre que desea escaparse de la inevitable predicción de las estrellas es el punto de partida de la obra maestra de Calderón, publicada en 1636. Pocas piezas del teatro rutilante lograron articular una riqueza de pensamiento tan fascinante y compleja con una técnica tan refinada en la coyuntura de la trama y el manejo de la lengua poética. Pedro Calderón de la Barca corresponde a una generación anterior que Lope de Vega , Góngora y Quevedo, de modo que no es impropio imaginar que su obra puede conceptuarse antagónica respecto de la obra de los poetas mencionados.
En su teatro, Calderón toma como suyas todas las innovaciones de Lope, pero suma una perfección estructural y una estilización dramática que este no poseía. Además del exquisito trabajo con la lengua, virtud heredada de Góngora, el discurso dramático de Calderón se define por un lenguaje que adopta las formas del razonamiento filosófico, lo que no le priva de lirismo a los parlamentos. Como eximio representante de la última parte del Barroco, en donde el sentimiento fatalista de la vida y la visión compleja del mundo se ahondaron, estampó en sus obras un tono trágico, más allá de la fama de sus comedias de enredo.
Publicada por primera vez en 1636, La vida es sueño reelabora una serie de narraciones de la tradición oriental y occidental que abordan los temas del poder de influjo de los horóscopos y la relación entre vida y sueño. El rey Basilio ha resuelto mantener a su único hijo, Segismundo, enclaustrado en una torre desde el mismo momento de su nacimiento, porque la oráculo de los astros advertía que sería un tirano y que depondría a su propio padre. El joven príncipe al mismo tiempo que desconoce su identidad no entiende el motivo de su falta de libertad. Su padre se encargará de ponerlo a prueba y, a lo largo de la obra, Segismundo deberá sufrir una transformación heroicamente para imponerse a los hados y para mostrarle a su padre cuan errado estaba. Ligada con esta trama principal, aparece la historia de Rosaura, que constituye la línea secundaria del argumento.
Rosaura, acompañada por su criado Clarín (quien cumple la función de "gracioso") llega a Polonia para encontrarse con Astolfo, que la ha seducido primero y abandonado después, para que el hombre la reconociese como su legítima esposa; la desdichada mujer, recuperaría su honra perdida. La relación entre las dos tramas es compleja, pero ambas se mueven al compás del tema del dominio de las pasiones y descubrimiento de la propia identidad. Basilio, rey de Polonia, entregado completamente a la astrología, inquiere a los astros sobre el destino de su hijo Segismundo, recién nacido Los astros presagian que el príncipe acabará por humillar a su padre y terminará oprimiendo a su pueblo. Para evitar el cumplimiento de este mal vaticinio, Basilio resuelve encerrar a su hijo en una torre alejada y solitaria, emplazada en un lugar salvaje y recóndito.
Segismundo creció cautivo, rehén de la decisión de su padre, y desconociendo su condición de heredero de un trono, pero el rey comienza a dudar y un día se pregunta que pasaría si los astros estuvieran acertados y tuvieran razón. Cuando Segismundo regresa a la corte para ocupar su trono, actúa como un gobernador prudente y justiciero, echando por tierra los temores de su padre. Así, el destino queda vencido, a la vez que quedo proclamado el triunfo de la libertad, lo cual permitió al hombre elegir entre el bien y el mal.Oto de los temas de La vida es Sueño, es el libre albedrío, la capacidad del hombre de elegir los caminos por donde desandará su vida. Hubo muchas discusiones sobre si el hombre podía ayudar a su salvación (ir al Cielo) con las obras buenas que realizó en este mundo o si su condena o salvación ya estaban predestinados por Dios.
El tema de la vida como un sueño, por su parte, tiene en esta obra un sentido hondamente religioso con la mirada puesta en la trascendencia. Todos los hechos pronosticados se cumplieron uno tras uno: insurrección en el reino, asonadas, Basilio quedó a los pies de Segismundo; pero la libertad humana produjo la gran diferencia, porque Basilio no fue humillado por su hijo, sino que se rindió a él. Con la victoria del héroe, llegó la refutación del vaticinio. El hombre nunca debe convertirse en un ser tan soberbio para creer que cuenta con poderes para conocer el futuro, así como tampoco debe transformarse en tirano para otros hombres (como hizo Basilio cuando le quitó la libertad a su hijo). “ La Vida es Sueño” refiere al tema del hombre: identificar cuáles son sus poderes y cuáles, sus limitaciones.
La desesperanza y el pesimismo calderoniano sobre el valor de la vida humana es punzante, concluyente. La tesis aprensiva, llena de escepticismo, se limita al mundo terreno, a la vida de los sentidos, a la realidad material; la vida no es otra cosa que un sueño pueril, pero la muerte lejos de convertirse en la nada, significará el seguro despertar en otra vida donde nos espera la absoluta verdad. Junto a esa idea central es trascendental también la afirmación del libre albedrío, segundo tema que predomina en forma de serpenteo por toda la obra.
En su teatro, Calderón toma como suyas todas las innovaciones de Lope, pero suma una perfección estructural y una estilización dramática que este no poseía. Además del exquisito trabajo con la lengua, virtud heredada de Góngora, el discurso dramático de Calderón se define por un lenguaje que adopta las formas del razonamiento filosófico, lo que no le priva de lirismo a los parlamentos. Como eximio representante de la última parte del Barroco, en donde el sentimiento fatalista de la vida y la visión compleja del mundo se ahondaron, estampó en sus obras un tono trágico, más allá de la fama de sus comedias de enredo.
Publicada por primera vez en 1636, La vida es sueño reelabora una serie de narraciones de la tradición oriental y occidental que abordan los temas del poder de influjo de los horóscopos y la relación entre vida y sueño. El rey Basilio ha resuelto mantener a su único hijo, Segismundo, enclaustrado en una torre desde el mismo momento de su nacimiento, porque la oráculo de los astros advertía que sería un tirano y que depondría a su propio padre. El joven príncipe al mismo tiempo que desconoce su identidad no entiende el motivo de su falta de libertad. Su padre se encargará de ponerlo a prueba y, a lo largo de la obra, Segismundo deberá sufrir una transformación heroicamente para imponerse a los hados y para mostrarle a su padre cuan errado estaba. Ligada con esta trama principal, aparece la historia de Rosaura, que constituye la línea secundaria del argumento.
Rosaura, acompañada por su criado Clarín (quien cumple la función de "gracioso") llega a Polonia para encontrarse con Astolfo, que la ha seducido primero y abandonado después, para que el hombre la reconociese como su legítima esposa; la desdichada mujer, recuperaría su honra perdida. La relación entre las dos tramas es compleja, pero ambas se mueven al compás del tema del dominio de las pasiones y descubrimiento de la propia identidad. Basilio, rey de Polonia, entregado completamente a la astrología, inquiere a los astros sobre el destino de su hijo Segismundo, recién nacido Los astros presagian que el príncipe acabará por humillar a su padre y terminará oprimiendo a su pueblo. Para evitar el cumplimiento de este mal vaticinio, Basilio resuelve encerrar a su hijo en una torre alejada y solitaria, emplazada en un lugar salvaje y recóndito.
Segismundo creció cautivo, rehén de la decisión de su padre, y desconociendo su condición de heredero de un trono, pero el rey comienza a dudar y un día se pregunta que pasaría si los astros estuvieran acertados y tuvieran razón. Cuando Segismundo regresa a la corte para ocupar su trono, actúa como un gobernador prudente y justiciero, echando por tierra los temores de su padre. Así, el destino queda vencido, a la vez que quedo proclamado el triunfo de la libertad, lo cual permitió al hombre elegir entre el bien y el mal.Oto de los temas de La vida es Sueño, es el libre albedrío, la capacidad del hombre de elegir los caminos por donde desandará su vida. Hubo muchas discusiones sobre si el hombre podía ayudar a su salvación (ir al Cielo) con las obras buenas que realizó en este mundo o si su condena o salvación ya estaban predestinados por Dios.
El tema de la vida como un sueño, por su parte, tiene en esta obra un sentido hondamente religioso con la mirada puesta en la trascendencia. Todos los hechos pronosticados se cumplieron uno tras uno: insurrección en el reino, asonadas, Basilio quedó a los pies de Segismundo; pero la libertad humana produjo la gran diferencia, porque Basilio no fue humillado por su hijo, sino que se rindió a él. Con la victoria del héroe, llegó la refutación del vaticinio. El hombre nunca debe convertirse en un ser tan soberbio para creer que cuenta con poderes para conocer el futuro, así como tampoco debe transformarse en tirano para otros hombres (como hizo Basilio cuando le quitó la libertad a su hijo). “ La Vida es Sueño” refiere al tema del hombre: identificar cuáles son sus poderes y cuáles, sus limitaciones.
La desesperanza y el pesimismo calderoniano sobre el valor de la vida humana es punzante, concluyente. La tesis aprensiva, llena de escepticismo, se limita al mundo terreno, a la vida de los sentidos, a la realidad material; la vida no es otra cosa que un sueño pueril, pero la muerte lejos de convertirse en la nada, significará el seguro despertar en otra vida donde nos espera la absoluta verdad. Junto a esa idea central es trascendental también la afirmación del libre albedrío, segundo tema que predomina en forma de serpenteo por toda la obra.
lunes, 6 de marzo de 2017
Frankenstein by Mary W. Shelley
Ubicada en plena Europa del siglo XVIII y en plena efervescencia científica, el capitán de un barco ballenero escribe a su hermana sobre su encuentro con un joven estudiante: Victor Frankenstein. Dicho hombre cuenta cómo descubrió el secreto para revivir la materia muerta, dando como resultado la creación de un ser vivo y que, sin medir las consecuencias de sus actos, empleó para ello partes de otros seres muertos. El resultado es monstruoso, y a partir de ese momento se inicia una confrontación sin límites. Un constante cuestionamiento filosófico y moral del hombre contra su creador, y viceversa, que conduce esta historia hasta su trágico final. Mary Shelley cuenta a modo de confesión,, en un prólogo de 1831 a su libro, que la historia de Frankenstein nació casi como musa fantástica, durante el tiempo que permanecieron ella y su marido, el poeta Percy Shelley, visitando a Lord Byron en su residencia .Al momento de escribirla, la muchacha tenía en aquel momento, apenas dieciocho años. La obra en un primer momento se publicó como anónima. Frankenstein no es el nombre del monstruo sino del científico que lo crea, contra lo que muchos imaginan, aquellos que no han leído el libro.Tampoco es un viejo loco sino un joven que busca, creando vida, esquivar la muerte de sus seres amados. El monstruo es abandonado por su creador, espantado por los resultados obtenidos, y no es, un monstruo necio y lerdo, con movimientos torpes, que sólo profería algunos gruñidos, sino que tiene habla casi normalmente, posee sentimientos humanos, y no es otra cosas que el rechazo de Frankenstein y de la sociedad el hecho que lo convierte en un ser pendenciero y vengativo.
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