jueves, 29 de diciembre de 2016

Vida de un idiota y otras confesiones by Ryunosuke Akutagawa

Aunque las obras más populares de Ryūnosuke Akutagawa pertenecen en su mayoría a la primera parte de su producción literaria, cuando solía ambientar sus narraciones en el Japón feudal, tanto Vida de un idiota como el resto de relatos que reúne el presente volumen se engloban en el tipo de historias que caracterizarían su escritura en los últimos años antes de su muerte.

Los personajes que aparecen en estos relatos están, como lo estuvo el propio autor, marcados por la neurosis y la ansiedad. Sus obsesiones les arrastran y les impiden llevar una vida normal, excluyendo la posibilidad de cualquier relación saludable con sus semejantes, hasta el extremo de que la muerte parece la única salida.

Tres son los relatos de este volumen donde la neurastenia no es protagonista indiscutible. “Las mandarinas”, “Al borde del mar” y “Extractos de la agenda de Yasukichi”. El primero es una exquisita muestra de brillantez y sencillez: Akutagawa apresa en unas pocas páginas la esencia misma de la vida al describir como la insignificante compañera de un viaje en tren se convierte en un ser maravilloso gracias a unos objetos tan simples como unas mandarinas.

Mientras, “Extractos de la agenda de Yasukichi” recoge anécdotas de la propia vida del autor en la Escuela Naval de Yokosuka, donde impartió clases de inglés. La descripción de los personajes que frecuentaban la escuela, como bedeles y profesores, las penurias de la docencia y la confrontación entre la sensibilidad del escritor y la vida militar son la esencia de este relato.

Pero ya en “Registro de defunciones”, aparece el Akutagawa introspectivo y aflora su inquietud ante ideas como la locura y la muerte. «Mi madre estaba loca.», comienza el relato, que realiza un recorrido por las muertes de su madre, su padre y una hermana mayor.

En “Engranajes” la insania del protagonista, trasunto del propio autor, va a más. Cercado por la idea recurrente de la locura que aquejó a su madre, hasta la luz del sol se le llega a hacer insoportable y sufre alucinaciones: ante sus ojos aparecen engranajes translucidos que giran hasta ocuparlo todo. Ni siquiera la religión puede ser un consuelo para esa alma atormentada.

En “Vida de un idiota”, como en “Extractos de la agenda de Yasukichi”, Akutagawa vuelve a poner por escrito sus propias experiencias. Pero esta vez ya no narrará recuerdos de una existencia normal sino que el relato se compone de breves fragmentos que recogen estados de ánimo y pensamientos, pequeñas anotaciones testimonio de la vida interior cada vez más inestable del escritor que acabaría por conducirle a la muerte

No hay comentarios:

Publicar un comentario